El proceso de valorar una empresa no es una tarea sencilla. Cuando una empresa solicita un análisis pormenorizado que defina y estime un precio objetivo y razonable del valor real de ese negocio, comienza un proceso que suele durar entre 6 y 12 meses, dependiendo de las características únicas de cada empresa y sector.
Se ha de tener en cuenta, además, que la valoración empresarial ofrece una imagen estática de una compañía en un momento concreto, variando dicho valor a lo largo del tiempo. Es por ello que resulta imprescindible que para una transacción corporativa se valore una empresa en el horizonte temporal mas cercano el cierre de la operación, al no resultar eficiente vender una compañía a un precio de valoración con fecha de hace uno, dos o más años. Estos posibles desajustes pueden dar lugar a contingencias que pueden ser corregidas incluyendo en el contrato de compraventa de empresas cláusulas que garanticen el cumplimiento de obligaciones.
Como se ha mencionado anteriormente, la valoración ha de adaptarse a las peculiaridades de la compañía y al sector en el que opera ya que, en sectores muy intensivos en capital donde se requieren grandes cantidades de capex, los activos tienen un valor fundamental y no existen numerosas fuentes de intangibilidad o creación de valor vía reputación, cartera de clientes, valor de marca, etc., el valor patrimonial o valor contable ajustado suele reflejar una imagen mas fiel del negocio. Así, en compañías con ingresos estables y recurrentes o con proyectos de vida finita, como concesiones o licencias donde se puede predecir a ciencia cierta los flujos de caja, lo más común es utilizar el método de flujo de caja descontados.
Como habrás notado, cada empresa puede ser un mundo y el sector en el que opera define, en gran medida, el método que refleje mas fielmente el valor de la compañía. Sin embargo, es importante ir más allá de un único método de valoración, ya que al tratarse más de un arte que de una ciencia, resulta fundamental utilizar métodos mixtos para afinar, aún más, la puntería en cuanto al precio de valoración.